Un grupo de 28 bancos japoneses han decidido constituir una sociedad conjunta, domiciliada en el paraiso fiscal de las islas Caiman, para que adquiera a estos bancos parte de la deuda que concedieron a los países en dificultades de pagos. La empresa, con un capital de 84.000 dólares (equivalente a algo menos de 11 millones de pesetas), aportado a partes iguales por cada entidad, se dedicará a adquirir una parte indeterminada de la deuda a precios del mercado secundario que existe en la actualidad y en el que cada país tiene establecido un descuento en función de sus condiciones concretas.
La operación tiene por objeto liberar a los bancos japoneses de las exigencias en materia fiscal y de provisiones establecidas por sus autoridades económicas, dada la dificultad de hacer efectivo el cobro de buena parte de estos créditos y préstamos.
La decisión de los bancos japoneses de crear esta sociedad se aceleró tras la decisión de Brasil de suspender el pago de los intereses de su deuda, que asciende a unos 110.000 millones de dólares y de la que los bancos japoneses tienen aproximadamente el 10%. Las entidades financieras japonesas tienen préstamos a países en desarrollo por valor de 35.200 millones de dólares y, sin embargo, apenas han constituido provisiones para hacer frente a los aplazamientos de pagos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de marzo de 1987