Escribo indignado tras ver -haciendo gala de todo masoquismo- el vergonzoso espectáculo de la entrega de los oscarillos de nuestro cine.Nada más hortera he contemplado en mi vida, ni mayor vergüenza ajena he sentido jamás."Que inventen ellos", decía don Miguel. Estaría usted contento, ¿eh?-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 20 de marzo de 1987