Otro maestro hay en ciernes dentro de la torería actual y también se llama Ortega, como el de Borox: Ortega Cano. Está en un momento crucial de su carrera, ya se le considera figura, es nombre insustituible en los carteles de las principales ferias, y únicamente le falta ratificar su maestría, la que ayer acreditó en Madrid. Y la acreditó no sólo en el estilismo de este natural y otros que cuajó en la tarde, sino también en el sentido lidiador, en la técnica de dominio que aplicó en su faena al quinto toro de la tarde, con el que alcanzó un gran triunfo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de junio de 1987