La primera ministra británica, Margaret Thatcher, dejó ayer claro en Varsovia que el Gobierno polaco no puede esperar un trato de favor de Occidente, para recibir nuevos créditos o para renegociar su deuda externa, si antes no entra en un diálogo real con la oposición, representada por el sindicato ilegal Solidaridad. "La libertad política y la económica van inseparablemente unidas", dijo Thatcher. Su último día de estancia en Polonia estuvo marcado por el apoteósico recibimiento que le dispensaron en la ciudad de Gdansk, cuna del sindicato Solidaridad, con cuyo líder, Lech Walesa, y otros dirigentes se reunió en un almuerzo. La primera ministra calificó de "fascinante" el actual proceso de reformas en los países socialistas. Página 3
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de noviembre de 1988