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Dispensadoras automáticas.

Ernst Buning, trabajador municipal sanitario de Amsterdam, muestra el funcionamiento de una máquina expendedora de jeringuillas hipodérmicas montada por el Ayuntamiento como un paso más en su lucha contra el SIDA. La máquina dispensa una jeringuilla de un solo uso al insertar un guilder (58 pesetas). Si el municipio da su aprobación, máquinas como ésta serán instaladas en las calles donde se concentra mayor número de drogadictos durante las 24 horas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de noviembre de 1988