La corresponsal en Bolivia de EL PAÍS, Mabel Azcui, fue puesta en libertad ayer tras haber sido detenida durante tres horas por la policía de Cochabamba, junto a otros tres periodistas extranjeros -el camarógrafo alemán occidental Hermann Malig, el periodista argentino Hugo Ferrero y el italiano Giangiacomo Foa, del Corriere della Sera.
Los periodistas preparaban un documental sobre el trabajo del Gobierno boliviano en la sustitución de cultivos de coca y en la represión del narcotráfico, para lo cual iban a filmar a un grupo de niños que trabaja en el aeropuerto. La policía dijo que ofrecieron a los niños fumar pitillos -combinación de pasta de coca con tabaco-, acusación que fue rotundamente negada por los informadores, que la calificaron de "absurda".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de enero de 1989