Las fuerzas militares soviéticas que el próximo 15 de febrero deben abandonar completamente Afganistán, según el acuerdo firmado el año pasado en Ginebra, reconquistaron ayer el estratégico desfiladero de Salang, después de varios días de intensos bombardeos aéreos y de su artillería.Decenas de muyahidin murieron en los ataques, los más intensos registrados durante la guerra, según los rebeldes. Estos aseguran que ha habido numerosas víctimas civiles y han pedido la mediación del secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, para que cesen los bombardeos.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de enero de 1989