El encuentro de fútbol Osasuna-Real Madrid fue suspendido ayer cuando habían transcurrido 43 minutos de la primera mitad y se registraba el resultado de 1-0 favorable al conjunto local. La suspensión estuvo motivada por el lanzamiento continuado de objetos, petardos entre otros, desde el fondo sur del estadio pamplonés de El Sadar. El principal afectado por los lanzamientos fue el guardameta madridista Buyo, a quien algunos aficionados le dedicaron varias pancartas alusivas ("Buyo, ejecución", "Buyo, payaso").
Hacia el final de la primera parte, Buyo recibió el impacto de un objeto en el cuello; se dirigió al colegiado, Socorro González, y éste, a su vez, comunicó al delegado de Osasuna, Zariquiegui, que suspendería el partido si se producía otro hecho similar. Tres minutos después estallaba un petardo muy cerca de donde estaba situado el guardameta madridista, que optó por dirigirse hacia el centro del campo. Los jugadores del Real Madrid decidieron retirarse, y el colegiado, minutos después, confirmaba la suspensión del encuentro. La Policía Nacional cargó contra un pequeño sector de aficionados a las afueras del estadio, aunque no intervino dentro de éste para reprimir el lanzamiento de objetos debido a que, en el estadio de El Sadar, las fuerzas policiales no acostumbran a estar en las inmediaciones del terreno de juego. Un miembro del Cuerpo Superior de Policía manifestó que, ya a la entrada del estadio, habían procedido a requisar numerosos objetos arrojadizos. También confirmó que no se habían producido detenciones.
La resolución del caso está en manos del Comité de Competición, que puede sancionar a Osasuna con varios partidos y obligar a la continuación del encuentro a puerta cerrada, decisiones que dependen de la forma en que esté redactada el acta.
Página 41
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de enero de 1989