La conferencia ministerial de Dakar en la que participan países europeos y africanos dedicada al tratamiento y la importación de productos tóxicos finalizó en la noche del viernes al sábado con un sentimiento generalizado de fracaso, en contraste con las declaraciones optimistas hechas a la Prensa por los diferentes delegados. Durante el debate fue prácticamente imposible conciliar las posturas de los países africanos y los europeos.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente postula la firma de un tratado internacional sobre los trasportes transfronterizos y tratamiento de residuos tóxicos durante una reunión que se celebrará del 20 al 22 de marzo en Bale (Suiza). Previamente, 50 países deberán encontrarse en Luxemburgo, en una reunión que comenzará mañana para examinar el texto del tratado, informaron fuentes del programa, que añadieron que la reunión será crucial para poner fin a los transportes y vertidos salvajes de deshechos tóxicos. El mercado de residuos representa un mercado anual de de varios míllones de dólares y ha canvertido a los países del tercer mundo en el basurero de las grandes industrias occidentales.
Divergencias
En la cumbre de Dakar, los representantes europeos intentaron convencer a los africanos de aceptar el principio de un control internacional de los movimientos transfronterizos de deshechos peligrosos. Los africanos se han referido a la última resolución de la Organización de la Unidad Africana (OUA), que afirma que "el vertido de residuos nucleares e industriales en África es un crimen contra África y la población africana".Los participantes abandonaron el proyecto de la Declaración de Dakar, que debía ser aprobada durante la conferencia, ya que no hubo acuerdo sobre uno de sus apartados, relativo a la necesidad de un control internacional sobre la Importación y la exportación de deshechos peligrosos.
La citada declaración fue sustituida por un comunicado emitido por un comité restringido de ocho países, dos europeos y cinco africanos y el secretario ejecutivo del programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Mustafá Kamal Tolba. El comité propuso un compromiso, aceptado por la conferencia, que indica que los participantes "reconocen que cada Estado tiene el derecho de impedir la importación de deshechos tóxicos en su territorio o su exportación procedente de su territorio".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de enero de 1989