Cuando nosotras nos enteramos de lo grave que era el problema del ozono, decidimos redactar esta carta:Si las predicciones son ciertas, y no ponemos remedio, el desastre ecológico va a ser inevitable, y el problema es grave. ¿Habrá tierra dentro de 40 o 50 años, o habrá un planeta muerto, sin vida?
Todos estamos suficientemente informados de lo que estamos haciendo con la capa de ozono (la estamos destrozando), y lo que podrá ocurrir si no existe.
El remedio hay que ponerlo inmediatamente.
El acuerdo tiene que quedar claro entre todos los países que se vean involucrados en el tema. Pero ¿cómo va a ser esto posible habiendo países sin acceso a la tecnología y sin posibilidades económicas para sustituir los CFC y los halones? La única alternativa es la ayuda, la ayuda de los países desarrollados, entre los que consideramos a España, hacia aquellos que la necesitan.
¿Por qué no crear fondos comunes para esto, por ejemplo?
Nos va a afectar a todos. Es en este momento cuando los países que pueden deben demostrar su generosidad con todos los habitantes del planeta.- y tres firmas más.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de marzo de 1989