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REVISTA DE PRENSA

España, en crisis

Londres,

Los trenes paran; los barcos permanecen amarrados en los puertos; los autobuses, en sus garajes; los aeropuertos, paralizados por la huelga; los muertos no se entierran. Y nadie se pregunta: crisis, ¿qué crisis? España, dominada por el descontento, sabe que está en crisis. Tan sólo hace unos meses la economía resurgía bajo un primer ministro socialista fuerte y popular, y España parecía el máximo exponente de lo que la nueva Europa podía conseguir: convertirse en la California europea.En un sentido estricto, los conflictos son una buena señal. Hace 10 años, nadie se hubiera atrevido a utilizar tales tácticas, porque todo el mundo reconocía que la construcción de la democracia era demasiado frágil. El problema, sin embargo, es que los huelguistas no tienen objetivos a largo plazo. Sus líderes son un cauteloso grupo de fuerzas socialistas y comunistas que piensan que Felipe González y su Gobierno se han inclinado hacia posturas demasiado centristas y se han vuelto demasiado conservadores. El sindicato socialista, incluso, no apoyará la candidatura del PSOE a las próximas elecciones europeas. Felipe González puede todavía aspirar a ser primer ministro, si quiere, después de las próximas elecciones generales, aún líder del mayor partido, con diferencia. Pero encabezará un Gobierno de coalición, y sus aliados provendrán de los partidos regionales mayores. Esto es lo que los españoles esperan que ocurra.

27 de abril

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de abril de 1989