El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, acudió ayer al palacio de la Moncloa para almorzar con el presidente del Gobierno, Felipe González, e informarle, entre otros asuntos, de la situación de su ciudad ante los Juegos Olímpicos de 1992, algunos de cuyos proyectos urbanísticos van con retraso. Maragall comentó después a los periodistas: "Ha sido una reunión amistosa, casi diría ritual, para hablar de todo y de nada".
Próximamente, González se reunirá con Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), que le solicitó una entrevista tras la Copa del Mundo de atletismo. Maragall reconoció que su charla con González "condicionará" la entrevista con Samaranch.Maragall no quiso entrar en detalles: "Con el presidente del Gobierno tengo que hablar de todo, repito, y de nada; o sea: no vamos con papeles a firmar. Hemos hablado del sistema de transportes en la gran ciudad. Le obsesiona y a mí tanto o más. Habrá que encontrar soluciones a este asunto, que ha adquirido gran virulencia. Existe confluencia total de puntos de vista en este sentido entre el presidente del Gobierno y el alcalde de Barcelona y vamos a dar la batalla".
Además, Maragall reconoció haber hablado de la reciente Copa del Mundo de atletismo: "Era mi obligación explicarle algunos de los aspectos de lo sucedido, pero no haciendo un relato de los hechos, sino en general: cuál es la situación del proyecto olímpico, qué lecciones hay que sacar y qué hay que hacer en el futuro".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de septiembre de 1989