Si la ligera subida del índice general el pasado martes no significó un cambio de tendencia en el mercado de valores madrileño, tampoco el suave descenso que experimentó tras la sesión de ayer puede interpretarse como tal. El papel no presiona y el dinero se comporta de forma tímida y selectiva. Ni compradores ni vendedores imponen sus criterios. La bolsa atraviesa un período interpretado por los analistas como de consolidación y espera, en el que, al parecer, le basta con mantener la confianza de la mayoría en la energía potencial que encierra. Pocos se atreven a poner en duda que la bolsa está firme y que su resistencia a los descensos bruscos es un síntoma esperanzador.Mientras tanto, el dinero de los más activos busca refugio en valores industriales muy concretos e incluso se atreve a intentar aprovechar rebufos de acelerones ya pasados. Así, el grupo eléctrico volvió a mejorar ayer ligeramente tras las fuertes realizaciones de días atrás. Los valores industriales se repartieron inversiones y realizaciones, con estrechas variaciones en sus cambios y el grupo bancario continuó en la línea de los últimos días, con saldos vendedores. En el parqué, la evolución de los tipos de interés se considera un dato fundamental para hacer previsiones. Corre el rumor de que alguien des fuste ha dejado caer la significativa frase de que la tendencia a la baja de los tipos de interés que se registra en los últimos días se prolongará en un "movimiento unid¡rección al". El cierre, irregular, con papel y dinero para algún valor eléctrico y del grupo constructor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de septiembre de 1989