El embajador de Marruecos en España, Azzedine Guessous, mostró ayer la voluntad de su país de que el secuestrador del avión de la Royal Air Maroc desviado el pasado martes a Las Palmas sea juzgado por la justicia marroquí, si bien aún no había recibido instrucciones ole Rabat para solicitar su entrega.
Sin embargo, fuentes diplomáticas españolas precisaban que, al no existir tratado de extradición entre ambos países, la entrega es imposible. Por otro lado, tanto el embajador marroquí como distintas fuentes policiales mostraron su convicción de que se trata de la acción de un perturbado mental" y descartaron que fuera un montaje oficioso en favor del rey marroquí, Hassan II.
El secuestrador del avión de la Royal Air Maroc, Mohamed Abdallah Ben Namou, ingresó anoche en la prisión del Salto del Negro de Las Palmas por orden del juez de guardia de Telde, quien le recibió declaración, informa la agencia Efe.
Abdallah declaró cuando era conducido al juzgado que el objetivo de su acción era " servir" a su país y hacer unllamamiento de unión a todos los saharauis en torno al reino de Marruecos. El detenido aseguró que le daba igual ser juzgado en España o en su país, ya que el mismo reconoció que había cometido un delito, si bien no se mostró arrepentido.
Por su parte, los seis pasajeros y los dos tripulantes de la aeronave desviada en la tarde del martes al aeropuerto de Gando (Las Palmas) cuando realizaba un vuelo interior entre El Aaiún y Esmara prestaron declaración ante los funcionarios policiales. Un portavoz de la policía de Las Palmas comentó ayer a este diario que el secuestro tiene todas las trazas de ser obra de un "iluminado" que pretendía convencer a los saharahuis de que se integren en el reino de Marruecos, tesis reiterada por un portavoz de Interior.
Esta impresión se basaba tanto en las declaraciones de los rehenes como en el diálogo entre el secuestrador y el cónsul marroquí en Las Palmas, Ibrahim Mousa.
Distintas fuentes policiales señalan que, de tratarse de un montaje, el secuestrador habría portado un arma real y no una "burda" pistola de juguete.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de septiembre de 1989