María A. E., la niña de cuatro años de Campo Real portadora de anticuerpos del SIDA, no fue ayer a clase. El pasado martes su presencia en el colegio público Carlos Ruiz provocó que 50 padres sacaran a sus hijos de las aulas. Los abuelos de María decidieron ayer que la pequeña estuviera en casa hasta que los organismos públicos logren convencer a los padres de los otros alumnos de que no hay ningún peligro de contagio.
Jesús Molinero, jefe del programa de educación para la salud del Ministerio de Educación, se mostró ayer sorprendido por la actitud de los padres. "Hay muchos prejuicios y falta de información", afirmó. El Ministerio, la Comunidad de Madrid y los servicios sociales de Campo Real se han dado un plazo de dos semanas para convencer a la comunidad escolar de que no hay ningún riesgo de contagio. Mientras, la pequeña María permanece en casa.
Miembros del Comité AntiSIDA de Madrid acudieron ayer a Campo Real para solidarizarse con los profesores y el equipo de asistencia social del pueblo. El Comité, sin embargo, es pesimista: "Va a ser difícil convencer a los padres".
La consejera de Integración Social de la Comunidad de Madrid, Elena Vázquez, ha pedido a los vecinos de Campo Real que reflexionen "sobre el daño irreparable que pueden ocasionar a la menor si mantienen el vacío".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de septiembre de 1989