La catarsis (purificación) emprendida por la coalición de conservadores y comunistas estrecha el cerco sobre el ex primer ministro socialista griego Andreas Papandreu, que será juzgado próximamente por un tribunal especial a causa de sus presuntas responsabilidades en una red de escuchas ilegales a políticos y periodistas durante su mandato. Este procesamiento puede ser seguido en los próximos días por otro relacionado con el caso Koskotas y amenaza con llevar a la cárcel al veterano (70 años) y carismático dirigente.El Parlamento de Atenas decidió en la madrugada del jueves, con los votos de 169 de los 300 diputados, el enjuiciamiento de Papandreu. Los diputados socialistas abandonaron la Cámara antes de la votación, en tanto que el ex primer ministro dirigía una carta a la Asamblea en la que condenaba el "arreglo de cuentas personal y político".
El único precedente en la historia griega es el juicio contra Georgios Papadopoulos, cabeza de la junta de los coroneles, que, tras la restauración democrática, fue condenado a cadena perpetua en 1975. Papandreu, que luchó contra la dictadura, puede terminar también en prisión si es hallado culpable.
Para el líder conservador Constantino Mitsotakis, se está pasando "la página más triste de la historia de Grecia", y hay "pruebas concretas y completas" sobre la responsabilidad personal de Papandreu. Más graves aún son las acusaciones que se lanzan a éste en relación con el escándalo Koskotas, ex propietario del Banco de Creta. Cuando el Parlamento decida si Papandreu es juzgado también por el escándalo Koskotas, la catarsis se dará por terminada y se convocarán nuevas elecciones, que previsiblemente se celebrarán el 5 de noviembre.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de septiembre de 1989