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Crítica:

El mito y sus signos

¡Salvaje! es una película de irreprochable factura, bien dirigida y montada con brío, pero en el fondo convencional, lo que podríamos decir de¡ montón; sin embargo, conserva un aura mítica, propiciada, ante todo, por Marlon Brando y todo aquello que el actor representaba como símbolo generacional.Más allá del actor, la obra aparece interesante a ojos de hoy, pues su materia prima -la rebeldía de unos jóvenes que no aceptan los designios de la sociedad en la que viven- mantiene una absoluta vigencia, sus signos exteriores -las motos rugientes, las cazadoras de cuero...- poseen las mismas directrices sociales.

En todos los grandes almacenes o tiendas de discos podemos hallar hoy mismo posters de Brando cabalgando con innata chulería sobre ese vehículo de dos ruedas que identifica la velocidad o la fuerza de la máquina con la pasión. De veras el cine es un espejo donde poder ver el carácter cíclico que echa lazos entre generaciones de muy distantes épocas.

Marco Polo es la figura que centra el largometraje de la primera hora de la mañana del sábado. En Gary Cooper halló una encarnadura regia y válida para un filme de aventuras directo y eficaz, ese encantador recorrido de Venecia a China y al Tibet manufacturado desde las colinas de Hollywood con el rigor con que antaño se empaquetaban las emociones. Las aventuras de Marco Polo tal vez no sea una obra maestra, pero es cine eterno, nunca fallece.

Muy anticuada, en cambio, aparece La revoltosa, adaptación a la pantalla grande de la clásica zarzuela del mismo título dirigida en 1963 por José Luis Morales y que hoy ilustra el espacio -ya veterano- de Cine español.

¡Salvaje! se emite a las 0.45, y Las aventuras de Marco Polo, a las 7.30, las dos por TV-1. La revoltosa se emite a las 17.20 por TV-2.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de septiembre de 1989