Como se recordará Star Trek era aquella serie de televisión de los sesenta que aquí vimos bautizada La conquista del espacio, una serie que no tardó en -tener muchos adeptos, con el tiempo llamados treekers. En 1979, cuando el séptimo arte había dado los éxitos de La guerra dé, las galaxias y Encuentros en la tercera Jase, alguien pensó en el negocio que supondría rescatar el Enterprise y su tripulación para la pantalla grande, con efectos especiales a cargo de la plana mayor de la especialidad -y el asesoramiento del mismísimo Assimov-. Y así fue, Star Trek, dirigida por el veterano Robert Wise, salió a la palestra en 1979 para solaz de los amantes del género.También regresó poco después Metrópolis, el inmortal clásico de Fritz Lang de 1926, sólo que coloreada -virada a varlos colores, vamos, nada que ver con las técnicas turnerianas al uso- y con una banda sonora actual, fruto de Giorgio Moroder y varios músicos y cantantes pop del momento. Hay que reconocer que la nueva copia no significó un atentado al arte -en la medida que sí lo fue: El sueño eterno el pasado martes y que Metrópolis seguía sierido la gran película de anticipación el de siempre.
Infierno bajo las aguas es un agradable filme de aventuras bélicas, aunque narrado con buen pulso y ritmo febril por Gordon Douglas, y Nota de divorcio, una agradable comedia dramática con dos grandes encarnaciones de Adolphe Menjou y Maurcen O'Hara.
Infierno bajo las aguas se emite hoy a las 16.05; Star Trek, a las 22.20; Metrópolis, a la 1.20, y Nota de divorcio, a las 7.50, todas en TVE1.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de septiembre de 1989