El ínclito Alfonso Guerra ha iniciado ya su precampaña electoral al son de una romería improvisada y asistida en general por sus descamisados de la cultura, la información y la ética en política.Con la enseñanza pública con que el Gobierno del PSOE está moldeando a la sociedad española actual, sobre todo con respecto a la juventud, no es de extranar que el lenguaje utilizado por Alfonso Guerra en sus mítines y arengas sea calificado por sus súbditos como el de un hombre intelectual.
Y es que con esa falacia de duro sevillano con que Alfonso Guerra adoctrina a sus desheredados socialistas bien vale improvisar una romería para demostrar de forma sibilina a cierta clase de invidentes cómo un Gobierno con mayoría absoluta puede conseguir fácilmente cambiar la ética por la estética. Al espejo me remito-
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de septiembre de 1989