Al cierre de la sesión de ayer del mercado de valores madrileño, en la Plaza de La Lealtad, retumbó una descarga de fusilería acompañada de música de banda militar. En ese momento, el índice general superaba de nuevo el máximo histórico conseguido el pasado día 13. El cierre del mercado continuo restó, con bajas generalizadas, unas centésimas que situaron el índice por debajo del record.
Las salvas, evidentemente, no saludaban la buena marcha del mercado. Se debían a la presencia del rey Hassan II de Marruecos ante el monumento a los caídos instalado a pocos metros del recinto. Era la nota de color para una jornada animada, en la que el dinero buscó nuevos acomodos tras semanas de predominio del sector eléctrico.
Así, las constructoras y las cementeras, junto con un grupo bancario que parece afianzar posiciones al alza y una Telefónica que registró un importante tirón tras el leve recorte del lunes, tomaron con decisión el testigo. El grupo eléctrico, a pesar de que algunos valores siguen atrayendo dinero nacional y extranjero, decidió ayer tomarse un respiro. Con menos fuerza que en días atrás, las realizaciones en el sector, junto con los recortes en valores industriales, impidieron la consecución de una nueva marca histórica. El mercado, a pesar de su firmeza, parece resistirse a dar por finalizado lo que los analistas han denominado el test del 328. No obstante, la confianza domina en el parqué y la mayoría piensa que el mes terminará en punta. Al cierre, el dinero se notaba más que el papel.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de septiembre de 1989