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CARTAS AL DIRECTOR

Moral y colores

Desde la lectura de aquellos libros de sexualidad de mi infancia que veían, por ejemplo, en la masturbación la causa de todo quebranto físico y moral, no me había encontrado con tanta bobada impresa como las que suscita el coloreado de películas. Así, el señor Batlle Caminal nos endílga el siguiente parrafito: "El blanco y negro de El sueño eterno otorga, como todos los grandes títulos del cine negro, una densidad moral a la historia, o amoral mejor. Ni que decir tiene que el coloreado de películas es siempre un elemento distorsionador de su respiración ética...". Las frases subrayadas por mí demuestran cómo los efectos de la reciente visita papal se extienden a ámbitos insospechados.Ni el más sesudo semiótico había olfateado hasta la fecha la dimensión moral de los colores. A partir de ahora el lánguido acontecer de los confesionarios se animará con nuevas contriciones: "Padre, además de meneármela he visto El sueño eterno en color".- Pedro Jiménez.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de septiembre de 1989