Coincido con la crítica de Fermín Bouza a los necios bondadosos (Para fracasar con éxito, EL PAÍS, 16 de febrero) o egocentristas que adoptan una pose radical para obtener así los beneficios del prestigio revolucionario, del supuesto vitalismo o capacidad de entrega. La falta de honestidad, científica y moral, es el principal mal de cualquier movimiento revolucionario y el motor del fracaso de la izquierda tradicional. Pero pareciera que para Bouza toda postura radical fúese necesariamente un extremismo dogmático que encubriese intere-Pasa a la página siguiente
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de febrero de 1990