Estaba yo últimamente muy preocupada porque el alcalde nos abochorna con tantos caca-pis -era el nombre que les daba, ignorando que el artefacto se denomina bañoto- que afean y ridiculizan las más bonitas esquinas de Madrid. Hasta que en la página 18 de su periódico del día 9 hallé la explicación: "Medio kilo de comisión" por cada bañoto instalado.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de junio de 1990