Cuando Butragueño dice que España puede ganar el Mundial "con la ayuda de Dios" expresa su conciencia creyente de que Dios actúa en todo.La carta del señor Otaduy (EL PAÍS, 4 de junio de 1990) subraya otra cosa que, supongo, también Butragueño sabe perfectamente: que esa ayuda de Dios no entorpece para nada la autonomía de las cosas de este mundo ni la responsabilidad de la persona humana.
Expreso mi apoyo a quienes, como Butragueño y sin falsos pudores, saben aludir a su fe como fermento de valores humanos. El domingo oí una entrevista admirable en Radio Nacional de María Isbert en este sentido.
En cuanto a los millones: la fe cristiana no prohibe ganarlos legítimamente. Subraya la dificultad de orientarlos hacia el bien común y la solidaridad entre los hombres y la obligación de emplearlos en este sentido.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 10 de junio de 1990