Los diputados búlgaros se reunieron ayer, por primera tras las elecciones libres de junio, bajo la impresión de tener que actuar con toda rapidez para evitar una crisis social y política. La inauguración de la Gran Asamblea Nacional estuvo ensombrecida por la dimisión, hace sólo cuatro días, del presidente de la República, Petar Mladenov."No perdamos tiempo, porque la paciencia del puedo tiene un límite", declaró el presidente del Partido Agrario, Viktor Valkov. Sin embargo, los diputados no fueron capaces de llegar a un acuerdo de principio sobre la agenda de la primera sesión del Parlamento y decidieron que hasta la próxima semana no se iniciará el trabajo efectivo del legislativo.
Los diputados se reunieron en Vellko Tarnovo, la antigua capital búlgara, a unos 250 kilómetros de Sofía. El decano de los diputados, Yossif Petrov, de 81 años, inauguró la sesión con una corta alocución.
No será fácil elegir al sustituto de Mladenov -quien dimitió presionado por la huelga estudiantil alentada por la oposición-, ya que el nombramiento exige el voto afirmativo de dos tercios de los diputados. El gubernamental Partido Socialista Búlgaro (PSB, ex comunista) sólo cuenta con 211 escaños de los 400 que tiene el Parlamento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de julio de 1990