Un soldado liberiano se desplaza en bicicleta por Monrovia ante la carencia de medios de transporte. La capital liberiana, virtualmente cercada por la guerrilla, apenas recibe suministros de petróleo. Las tropas leales al jefe del Estado, Samuel Doe, resisten a duras penas los embates rebeldes, atrincheradas en el palacio presidencial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de julio de 1990