El Ministerio de Asuntos Exteriores solicitó ayer al Gobierno suizo la extradición del ciudadano español Francisco Paesa, presunto miembro de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Paralelamente, el Gobierno pidió a las autoridades de Santo Tomé y Príncipe que levanten la inmunidad diplomática de la que goza Paesa, embajador adjunto del país africano ante los organismos de Naciones Unidas.Exteriores recibió a principios de semana de la Audiencia Nacional la solicitud inicial de que el presunto gal sea entregado a España, así como de que se pida el levantamiento de la inmunidad diplomática.
Los responsables de la lucha antiterrorista consideran a Paesa el hombre que les condujo en el otoño de 1986 a la fábrica de muebles de Sokoa, en Heridaya, y permitió asestar el mayor golpe a la red de financiación de ETA. Paesa obtuvo una discreta ayuda de Interior cuando fue procesado por colaboración con banda armada, utilización de falsos documentos y obstrucción a la justicia.
El nombramiento de Paesa como embajador adjunto fue negociado a finales de 1989 con el Gobierno de Santo Tomé por un comisario de la Brigada de Información amigo suyo, y para acabar de convencer a las autoridades del archipiélago, el Ministerio del Interior utilizó fondos reservados, según fuentes cercanas al caso.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de julio de 1990