El ministro de Defensa, Narcís Serra, explicó ayer a representantes de la oposición las previsiones de actuación elaboradas por su departamento para hacer frente a las distintas situaciones que pueden presentarse a la fuerza naval enviada al Golfo a asegurar el embargo comercial contra Irak. La información de Serra precede a la que dará hoy, en compañía del ministro Francisco Fernández Ordóñez, en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso. El PSOE se opondrá a que la postura de España se debata en un pleno extraordinario.
La ronda de entrevistas celebrada por el ministro de Defensa con representantes del CDS, PNV, CiU e Izquierda Unida y Partido Popular tuvo por objeto facilitarles información "de carácter reservado", de la que no podría dar cuenta públicamente en la comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, que se reune hoy por la tarde a petición del Gobierno. Narcís Serra les explicó, concretamente, el contenido de la directiva preparada por la cúpula militar y que contempla la respuesta que debe dar la flotilla española desplazada al Golfo a los distintos supuestos que pueden planteársele en el cumplimiento de su misión.El ministro reiteró que los tres buques de guerra cumplen una función pacífica, seguiendo el mandato de la ONU y en el marco de una fuerza multinacional europea, y que en el caso de que el conflicto desembocara en una guerra, la flotilla tiene órdenes de salir de la zona para recibir las instrucciones que adopten conjuntamente los países miembros de la Unión Europea Occidental (UEO).
En la ronda intervinieron Alejandro Rebollo (CDS), Iñaki Anasagasti (PNV), Miquel Roca (CiU), Julio Anguita QU) y Rodrigo Rato (PP), que llegó a la sede del Ministerio de Defensa pasadas las 21 horas. A diferencia de los otros políticos, el líder de Izquierda Unida, Julio Anguita, aunque no quiso desvelar "por respeto al señor ministro" el contenido de la información, lamentó haberse tenido que desplazar desde Córdoba para escuchar unos "detalles técnicos, que en su mayor parte ya eran públicos".
Anguita apuntó su impresión de que el Gobierno intenta "vestir el santo" y dar una imagen de "transparencia y consenso" sobre su decisión de enviar una fuerza militar al Golfo, y reiteró el rechazo de IU a la medida.
Por su parte, Miquel Roca, después de reunirse con Serra, aseguró: "Una nueva situación exigirla nuevas medidas. Las medidas serían diferentes con efectivos diferentes". Esto fue interpretado en algunos medios como la posible sustitución de los soldados de remplazo por profesionales en el caso de que estallase el conflicto armado, extremo negado por otras fuentes próximas a las conversaciones, que aseguraron a EL PAÍS que en ningún momento el ministro de Defensa aludió a esta posibilidad. Sólo si se prolongara la situación, el Gobierno estudiaría el envío de otros barcos para relevar a los ya enviados.
En la reunión que, a iniciativa de IU y el Grupo Mixto, realizará mañana al mediodía la Diputación Permanente del Congreso volverá a plantearse la celebración de un pleno de la Cámara para debatir tales cuestiones. Sin embargo, la mayoría con que cuenta el PSOE en este órgano parlamentario hace muy improbable la convocatoria de una sesión plenaria.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 28 de agosto de 1990