Los principales índices bursátiles del mundo: el Foots británico, el Dax alemán o el Nikkei japonés, y los Dow y Standard and Pors americanos, expresan patologías homogéneas que acabarán siendo crónicas si los mercados siguen psicológicamente pegados a los partes de guerra. En las últimas horas, la presión de algunos grandes grupos en Wall Street -la exagerada oferta de papel en algunas empresas- ha venido a mostrar la debilidad general de los centros de contratación de acciones y obligaciones, y ha expresado en parte el deseo de los fondos internacionales de depreciar aún más los activos industriales representados por los propietarios de los títulos que se ofrecen en los mercados. Comprar barato es siempre una tentación aunque venga acompañado de una lluvia de misiles. Se trata, por supuesto, de una tortuosa y conocida historia que se remonta desde el oro de las Américas hasta el petróleo del Golfo o incluso el polvo blanco de los países andinos.En los mercados españoles, los inversores más sufridos son los que compraron convertibles a partir de agosto y que por el momento no encuentran el momento favorable para un canje en condiciones dignas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de enero de 1991