Unos 15 miembros de Greenpeace se encaramaron ayer, en Bruselas, en una grúa de 45 metros de altura para suspender dos grandes pancartas proclamando su hostilidad contra la incineración de residuos peligrosos. "La incineración de desechos es jugar con fuego. Es la hora de la producción limpia", se podía leer en uno de los lemas. La grúa se encontraba frente al edificio del nuevo Consejo de ministros de la CE.
Con esta acción, Greenpeace inició ayer una campaña contra la incineración de residuos tóxicos en Europa. La organización se pronunció por una moratoria para la construcción y mejora de incineradores, así como de desmantelar de inmediato todos los incineradores existentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de junio de 1991