Murteira / Vázquez, Espartaco,Espartaco Chico
Toros de Murteira Grave, muy bien presentados y que dieron en general un juego excelente.
Curro Vázquez: oreja silencio.
Espartaco: dos orejas y rabo; dos orejas.
Espartaco Chico: silencio, dos orejas.
Plaza, de Alcalá de Henares, 31 de agosto. Quinta y última de feria. Lleno.
MIGUEL A. CUADRADO
Un buen espectáculo se vio ayer en la plaza de Alcalá de Henares, con unos toros que derrocharon casta y nobleza a raudales, y con unos toreros que, cada uno con su estilo y condiciones, supieron aprovecharlos para dar una grata tarde de toros. El público se desbordó y pidió sin rubor trofeos para los toreros.
También los espadas cumplieron. Primero, Espartaco, que ante sus buen lote estuvo muy centrado. Lances de recibo a la verónica estimables a sus dos toros, y después, con la muleta, a los dos pases el toro era suyo en los medios. Templó bien en redondo, más cruzado de lo que es habitual en su toreo, y al natural corrió la mano con suavidad y sin obligar a los murteiras. Para, una vez que el morlaco iba perdiendo gas, recurrir a los efectismos generosos y un tanto tremendistas. Con la espada fue un canon, aunque los dos volapiés cayeran algo desprendidos.
A Espartaco Chico le vino grande su primer toro, que se quedó sin un puyazo, fue muy mal lidiado por su cuadrilla y desarrolló sentido. Tuvo que abreviar. Pero aguantó bien, de lejos, al bravo sexto, enjaretándole unas tandas de redondos vibrantes. Terminó recurriendo también al tremendismo, y acompañó a su hermano en la salida a hombros.
Curro Vázquez no quiso saber nada del genio de su segundo toro y lo dejó inédito. Ahora bien, en el primero, dio los mejores muletazos de la tarde, haciendo el toreo bueno: riñones apretaítos, el pase arrematao hacia atrás, variedad en los remates y adornos. Una breve muestra de arte, algo avarienta pero con luz propia, que al aficionado le deja, junto a la emoción que los toros procuraron, un buen sabor de boca. El necesario para saber, de sobra, que hay casta por esas ganaderías de las tierras ibéricas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de septiembre de 1991