La dirección de La Seda de Barcelona y los sindicatos UGT y CC OO alcanzaron ayer un principio de acuerdo para reducir en 1.000 empleos la plantilla de la sociedad, integrada por 2.550 personas. Esta medida entra en los planes del Ministerio de Industria de negociar acuerdos parciales mientras se alcanza la solución final. El departamento intermedia ante los responsables de Akzo, cuya venta del 57,50% de las acciones provocó la crisis de identidad que atraviesa la firma catalana. Industria y Akzo negocian la posibilidad de que ese paquete revierta a La Seda.
El acuerdo prevé la suspensión de empleo de 700 trabajadores por un periodo de seis meses y da vía libre para negociar bajas incentivadas para otro tres centenares. La reducción de empleo saldrá a partes iguales de las factorías del El Prat de Llobregat (Barcelona) y Alcalá de Henares (Madrid). El recorte pactado se convierte en el primer paso para un plan de viabilidad global que asegure la supervivencia de La Seda.Empresa y sindicatos, por otra parte, están decididos a pedir a la Generalitat que se convierta en depositaria del 57,5% de La Seda hasta que se encuentre un grupo comprador para ese paquete. Precisamente, Akzo trató, a principios de año, que el gobierno autónomo se quedará con las acciones, pero no tuvo éxito.
Ese ha sido uno de los argumentos esgrimidos por la multinacional holandesa cuando se les ha tachado de no haber buscado soluciones antes de vender su participación al abogado Jacinto Soler Padró a un precio simbólico. La transacción se hizo ante notario en Barcelona con todos los requisitos legales; pero Soler ha sido privado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de los derechos políticos de estas acciones al no intervenir una sociedad o agencia de valores miembro del mercado, como exige la ley. La compraventa tampoco ha aparecido en el boletín de cotización de la Bolsa, como es preceptivo.
Intercambio de cartas
La CNMV hizo una serie de recomendaciones para que pudiera encauzarse una solución como que Soler realizase una OPA o que se resolviera el contrato de tal forma que pudieran revertir las acciones a la propia Seda. Esta posibilidad ha sido contemplada también por el Ministerio de Industria, cuyo secretario de Estado, Álvaro Espina., ha negociado con Akzo una solución y ha recordado esa posibilidad a su presidente, Aarnout Loudon, en una carta enviada el lunes 9 de septiembre en respuesta a otra de Loudon del día 4 del mismo mes. Espina envió una primera carta el 30 de agosto.La reversión se había barajado meses atrás, según se desprende de la última carta de Espina, que mantiene la necesidad de "adoptar una postura constructiva de cara al futuro, ya que si aquélla fue la intención de Akzo entonces, nada impedirá en el presente llevarla a cabo, con lo que se podrán cumplir las recomendaciones de la CNMV".
No obstante, el propietario del 57,50% es Soler Padró y no Akzo, por lo que la empresa tendría que negociar con éste la resolución del contrato para que, posteriormente, pudiera revertir a La Seda. Una vez tomado el paquete, La Seda podría venderlo a otro accionista o amortizarlo pasando el capital a reservas, ya que si no excedería el límite del 5% de autocartera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de septiembre de 1991