Francia y Canadá convirtieron la cumbre del mundo francófono clausurada ayer en un cursillo acelerado de democracia dedicado a los países árabes y africanos. La reunión del parisiense palacio de Chaillot concluyó con una declaración que vincula el desarrollo económico y social a la puesta en práctica de los derechos humanos y los principios del Estado de derecho." No hay desarrollo sin libertad ni libertad sin desarrollo" sostiene el texto firmado por los jefes de las 47 delegaciones que participaron en la reunión. Ese texto, bautizado como Declaración de Chaillot, dice a los pueblos del Sur que la democracia es "fundamental" para la prosperidad económica. A los pueblos del Norte les recuerda la "persistencia intolerable" del hambre, la pobreza y del subdesarrollo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de noviembre de 1991