Cuarenta mil personas se manifestaron ayer en la plaza de San Wenceslao de Praga para apoyar la iniciativa del presidente checoslovaco, Václav Havel, de convocar un referéndum sin la autorización del Parlamento para decidir el futuro del país. También urgieron a los Parlamentos checo y eslovaco a terminar con la disputa que ha provocado una crisis constitucional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de noviembre de 1991