Los sepultureros del cementerio de Alcorcón, en el que supuestamente fue enterrado el bebé Ricardo Pinilla, han confirmado al juez que, cuando la madre del niño abrió la tumba, no había ningún resto humano en su interior, según indicó ayer Juan Antonio de la Fuente, el abogado que investiga la extraña desaparación de este cadáver.De la Fuente, que ayer compareció ante el juzgado que instruye el sumario, el número 5 de los de Madrid, acompañado de la madre del bebé, Francisca Berenguer, va a solicitar al juez que tome declaración al responsable del hospital Hispano-Alemán, donde nació el niño hace 10 años, así como al pedíatra que lo atendió, el doctor García Velasco. Esta clínica no existe desde hace varios años.
De la Fuente sostiene que el niño nunca fue enterrado, sino que por algún motivo alguien lo incineró en el citado hospital y, ante la inestencia de la madre de ir al entierro, asegura, "simularon un sepelio falso". Ni Francisca ni su marido vieron nunca el cadáver del bebé.
Francisca señaló ayer en el juzgado: "Ahora, después de lo que ha dicho el forense, no dudo de que el niño muriera; pero quiero que me digan dónde lo llevaron, qué hicieron difinitivamente con él...".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de noviembre de 1991