Las bolsas internacionales pusieron freno en la sesión de ayer al pesimismo inversor en los mercados autóctonos. El índice de la Bolsa madrileña llegó a estar a poco más de un punto del nivel de apertura anual mediada la sesión, lo que supone dejar atrás el nivel de soporte del 250% y entrar en una zona resbaladiza donde las haya.En un momento en el que los analistas ponen el acento en las dudas, nadie parece dar un duro por el mercado español, lo que deja la puerta abierta a la picaresca, pues no faltan, quienes opinan que suele ser habitual un comportamiento contrario cuando prácticamente todo el mercado apuesta por una opción concreta. La posibilidad de que se produzca un rebote de las cotizaciones pasa por una simple reacción técnica -y la Bolsa no ha bajado tanto- o por la publicación de algún resultado económico positivo, lo cual no parece muy probable a estas alturas. En cuanto a los mercados internacionales, la evolución positiva que registraban ayer -con la excepción de Tokio- no parece ser más que una simple coincidencia si se tienen en cuenta las diferentes situaciones que atraviesan los sistemas económicos que les dan soporte. La entrada de la política en el terreno económico no ha sentado demasiado bien. El índice perdió al cierre 1,68 puntos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de abril de 1992