Que un tema como el de la antigua directora de RTVE lleve cuatro años en candelero y ahora salga a la luz de nuevo es algo que se puede considerar como una intoxicación a la opinión pública, está fuera de tono y desmesurado, con la pretensión de crear una cortina de humo para tapar otros de mayor relevancia.Se está hablando de pequeñeces si lo comparamos con otros que todavía no han salido a la palestra, y se Pretende una desviación de atención del ciudadano con el fin de aburrirle y pasarlos al más absoluto olvido.
El asunto de Pilar Miró es calderilla si lo comparamos con los casos Guerra, Filesa, Renfe, Cruz Roja, etcétera; también se puede incluir Rumasa, donde tratan por todos los medios que salga a la luz y, sin embargo, pretenden por el lado contrario eternizarlo. Hay que darse cuenta que va a cumplir dos lustros y sigue en el olvido; todavía desconocemos quién ha tenido o tiene razón en este tema tan candente.
No se debe entretener al ciudadano español y tratarle de deficiente mental; los casos de más envergadura no se nos olvidan por mucha dilación del tiempo, y lucharemos contra la amnesia que nos quieren imponer.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de julio de 1992