La ministra británica de Seguridad Social, Ann Widdecombe, que anunció públicamente su abandono de la Iglesia anglicana para protestar por el paso dado por el Sínodo de permitir el sacerdocio a las mujeres, manifestó que numerosos fieles se negaron ayer a acudir a misa o a comulgar. Ella fue a misa a la catedral católica de Westminster.
El primado de la Iglesia de Inglaterra, el arzobispo de Canterbury, George Carey, dijo ayer, en un mensaje dirigido a los sectores más ortodoxos que están en contra de la ordenación sacerdotal de las mujeres: "Los clérigos opuestos a esta medida no verán bloqueado su camino para acceder a obispos". Carey, que hizo estas declaraciones a la cadena televisiva BBC, se mostró confiado en que la decisión histórica de permitir el sacerdocio a las mujeres no motive una huida masiva de fieles y clérigos hacia otras Iglesias cristianas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 16 de noviembre de 1992