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Despedida de 18 niños rusos alojados en Galapagar

Las calles del municipio de Galapagar aparecieron el domingo con un velo de tristeza y nostalgia. Los 28 niños huérfanos rusos que han pasado en este municipio de 9.700 habitantes las vacaciones de Navidad acogidos en familias volvían ese día a su orfanato de Moscú. El alcalde de Galapagar, Manuel Cabrera Padilla, que ha acogido a uno de estos chavales, dijo el lunes que piensa continuar con este tipo de experiencias.

"Ha sido muy positivo para el pueblo por la relación que hemos tenido con ese mundo tan lejano y a la vez tan cercano", apuntó Cabrera, que durante estos días ha recibido la visita de algunos hijos de la guerra, refugiados en Rusia como consecuencia de la contienda civil española, para felicitarle por esta iniciativa.

Los niños, entre los 9 y los 11 años, llegaron el 20 de diciembre y se han ido hablando algo de español. Algunos hasta han logrado aprender alguna poesía, que recitaron en una fiesta de despedida el sábado pasado. Estos días han sido muy ajetreados para los 16 niños y las dos niñas que formaban parte de la expedición. Visitas a monumentos, fiestas, regalos. Y un afecto que, debido a su situación, "necesitan y agradecen", y que les ha hecho olvidar los conflictos étnicos y el abandono de los que han sido víctimas. El embajador ruso en España, Ígor Ivanov, les visitó el 27 de diciembre.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de enero de 1993