Abdulá Apo Ocalán, el jefe máximo del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la más temida facción guerrillera de los kurdos de Turquía, anunció unilateralmente ayer una tregua de 25 días para tratar de iniciar negociaciones con el Gobierno de Ankara. La sorprendente decisión, anunciada ayer en las oficinas del PKK en el valle libanés de la Bekaa, fue descrita por Ocalán como "un gesto de buena voluntad" en vísperas de la fiesta de Nourúz (año nuevo) que se inicia el próximo domingo.
Las intenciones del PKK son estudiadas con indisimulada sospecha en Ankara, donde el primer ministro, Suleimán Demirel, dijo hace dos días que el Estado "no puede negociar con los responsables del derramamiento de sangre". "Mientras las fuerzas del Gobierno no avancen sobre nosotros y mientras no se nos obligue a recurrir a la defensa propia, no abriremos fuego ni lanzaremos un ataque a partir del 20 de marzo y hasta el 15 de abril", dijo Ocalán.
El líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán dijo que la tregua respondía a llamamientos de la comunidad internacional y al apoyo popular por la causa de la paz". "Terminemos inmediatamente con esta guerra y recurramos a las negociaciones. Estamos dispuestos a considerar una posible solución política".
Rechazando indirectamente el llamamiento a la rendición incondicional formulado por el gobierno turco, Ocalán dijo que el PKK no proyecta abandonar de momento sus armas y que esperará a conocer primero la reacción de Ankara.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de marzo de 1993