François Mitterrand está "muy irritado" con la actitud "inútilmente agresiva" de Jacques Chirac. Pero con sus declaraciones favorables a una jubilación anticipada del presidente y sus duros comentarios en materia europea, el líder de la gaullista Agrupación para la República (RPR) parece por lo menos haberse garantizado su objetivo personal de no ser nombrado primer ministro.
Para el presidente Mitterrand, la actitud ante la construcción europea, la "gran tarea" de su segundo septenio presidencial, es "el criterio determinante" a la hora de elegir el próximo primer ministro. En los últimos días, Chirac se ha declarado una y otra vez favorable a vetar los acuerdos agrícolas de la Comisión Europea con Estados Unidos, y ello a riesgo de provocar "una crisis europea".Su correligionario Edouard Balladur, por su parte, mantiene un silencio total sobre las dos cuestiones en litigio, con lo que conserva todas sus posibilidades de ser el primer ministro de una cohabitación "cortés" con Mitterrand. Los comentaristas creen que Chirac y Balladur se han repartido los papeles: el primero galvaniza a los suyos, evita ser nombrado primer ministro y se reserva para la futura elección presidencial; el segundo cultiva su imagen de "hombre más moderado del RPR".
Chirac dijo ayer en Le Figaro que la cohabitación "no significa el reparto del poder con un socialismo crepuscular, sino el ejercicio de todas sus responsabilidades por la nueva mayoría parlamentaria". Precisó que entre esas responsabilidades se encuentra la política exterior, "que no es un coto privado del presidente". Su lugarteniente Alain Juppé, secretario general del RPR, reiteró que Mitterrand "ha perdido el apoyo popular y no está en condiciones de arbitrar nada".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de marzo de 1993