La concejal de Centro, María Antonia Suárez Cuesta, empeñada en rectificar algunas de las decisiones de su antecesor, Ángel Matanzo, ha propiciado el regreso de los bancos a la plaza de Santa Ana. Matanzo, hace un año, ordenó levantar los asientos para evitar que sirvieran de cama para mendigos. La nueva presidenta del distrito, que hace un mes dudaba sobre qué decisión adoptar, explicó ayer: "He estudiado el asunto y prefiero que la gente normal pueda disfrutar de la plaza aunque ocasionalmente algún mendigo se acueste en los bancos". Suárez Cuesta confía en que, si los vecinos del barrio conquistan la plaza con su presencia cotidiana, no habrá lugar para delincuentes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de marzo de 1993