Los pisos del número 11 de la calle de la Virgen del Portillo (en el barrio de la Concepción) no son muy soleados, a pesar de lo próxima que tienen la luz, informa Lara Otero. Sólo dos metros separan la vieja torreta oxidada de la empresa eléctrica Unión-Fenosa de la fachada del edificio, con el que comparte suelo desde hace más de 40 años. En la foto, la vista exterior desde de una de las viviendas más altas del edificio. La empresa eléctrica asegura que subirse a la torre no entraña más peligro que meter los dedos en un enchufe, y explican que para enterrar la conducción y evitar a los vecinos la visión cotidiana y constante del ingenio metálico habría que llegar a un acuerdo con la comunidad de propietarios, que es la que ha de pagar la obra. La base del mástil metálico está adornada con una capa de hiedra que oculta el cemento que la sustenta. La cercanía del fluido eléctrico no abarata, sin embargo, el precio de las viviendas. Un bajo de 63 metros cuadrados con vistas a la base de la torreta cuesta casi 14 millones de pesetas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de marzo de 1993