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En el interior del cerebro

Una nueva técnica que puede tener importantes consecuencias para dos graves enfermedades, el Parkinson y Alzheimer, está siendo experimentada por un equipo sueco del hospital Karolinska y colegas norteamericanos de la Universidad de Denver. Consiste en inyectar en el cerebro la sustancia destinada a frenar el proceso de destrucción de las células. Los investigadores han logrado "engañar" la barrera sanguínea del cerebro que tiene como función protegerlo de elementos hostiles como virus o bacterias. Esta protección impide también que sustancias o medicamentos con efectos positivos puedan alcanzar el interior del cerebro y, por tanto, todas las proteínas quedan apresadas en la barrera protectora.Utilizando el propio sistema del organismo, los investigadores lograron hacer llegar directamente al cerebro un complejo ferroso que el cerebro necesita para su alimento. Cuando el complejo alcanza la barrera, entra en juego una sustancia receptora que bloquea una parte de ella y deja pasar las moléculas de hierro.

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Los investigadores han logrado construir artificialmente dicha sustancia receptora. A este anticuerpo artificial se le ha provisto de una de las sustancias más importantes del cerebro, el factor de crecimiento nervioso (NGF). Tres pacientes de Parkinson y uno de Alzheimer han sido tratados con este nuevo método, hasta el momento, con resultados positivos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de marzo de 1993