Defensa abrió ayer a los medios de comunicación las puertas de su centro de investigación de La Marañosa, a 24 kilómetros de Madrid, para aclarar definitivamente que no fabrica armas químicas. La finca consta de un laboratorio de pólvora y explosivos, un centro de investigación núclear, biológica y química, dos galerías de tiro, un poblado en el que vive un centenar de familias y un museo de máscaras antigás. La última creación del centro es una máscara antigás que permite beber mientras se lleva puesta. El subdirector de tecnología, Angel Jara, mostró las instalaciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de septiembre de 1993