Lo que cuenta es el estilo en el manejo del escobón, el rastrillo o la manguera. No importa que uno sea ingeniero de caminos. Las 3.000 personas que pasarán estos días por el parque del Retiro para demostrar que pueden ser barrenderos del Ayuntamiento compiten por lograr un sueldo de unas 120.000 pesetas al mes y un trabajo para toda la vida. Sólo hay una plaza por cada 10 opositores. La proporción podía ser peor, pero sólo la mitad de los que se habían inscrito (6.500) están acudiendo a las pruebas eliminatorias, según el secretario del tribunal, Javier Corella. Los que aprueben el examen práctico tendrán que pasar otro teórico a finales de mes. A la mujer de la fotografía le tocó la prueba de barrido. Otros tuvieron que conectar la manguera a la boca de riego o hacerle una cuna de tierra a un pequeño matorral. No es tan sencillo: aguantar el tirón de la manguera sin mojarse requiere cierta pericia. Sobre todo, como le ocurría ayer a una aspirante, si se calzan tacones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de octubre de 1993