Juan Guerra arremetió ayer contra los jueces que han intervenido en las causas en las que está, implicado. En la primera sesión del tercer juicio que se celebra contra él, afirmó: "Después de todo lo que se está viendo, y de las graves acusaciones contra el juez [el instructor Ángel Márquez], si yo fuera la juez me iría a mi casa, porque tienen una forma muy particular y su¡ generis de impartir justicia".Tras decir esto, Juan Guerra se llevó la reprimenda de su letrado, Antonio Mates, quien ya había reiterado la docena de supuestos vicios procesales que, en su opinión, deslegitiman el juicio y anulan el caso.
Mates volvió a recibir la negativa del juez a considerar sus argumentos y la vista continuó con la declaración de Francisco López Martín y la negativa constitucional a hacerlo de los otros dos acusados, Juan Guerra y José Garrido López.
Como en los dos anteriores juicios contra Juan Guerra, el letrado dijo que la instrucción realizada por el juez Márquez violó el derecho a un proceso con todas las garantías; que la investigación fue generalizada (la tildó de inquisitorial), e incidió en la falta de legitimación de las acusaciones, tanto de las que representan a IU y al PA como al abogado del Estado, del que dijo que "no está autorizado para ejercer la acusación".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de noviembre de 1993