El Ejército de Sri Lanka estaba ayer inmerso en una amplia operación destinada a socorrer a varios centenares de soldados asediados por los guerrilleros separatistas tamiles, que tomaron la víspera la base militar de Pooneryn, cerca de Jaffna. Varios aviones bombardearon posiciones de los tamiles para intentar aflojar el cerco contra la base, de gran valor estratégico. Fuentes militares estimaron ayer en 250 militares y 50 guerrilleros el número de víctimas mortales en los enfrentamientos del jueves. Entre los desaparecidos figuran 150 soldados. Un portavoz militar reconoció que las piezas de artillería pesada capturadas por los independentistas en el asalto a Pooneryn les permitirán en el futuro bombardear cualquier base militar en el norte del país
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de noviembre de 1993