Esta Diosa creada por Ortiz Nuevo para Manuela Carrasco, a la hora de la verdad en un escenario se queda a ras de tierra y no logra despegar hacia las alturas a que parecía destinada.
Es un espectáculo digno, sin embargo, hecho por un puñado de excelentes profesionales entre los que se encuentra gente con clase como Joaquín Amador, Susi, Juan Villar, Enrique el Extremeño, El Boquerón, Morenito de Íllora y El Torombo. Lo que ocurre es que el espectáculo no acaba de alcanzar un vuelo excepcional. La Carrasco pasea su arte por el escenario como en ella es habitual, con empaque y prestancia, pero sin que su genio brille salvo en ráfagas que no acaban de conformar una obra coherente. Esto fue particularmente perceptible en su baile por soleá, mientras en las siguiriyas, secundada por los bailaores -entre ellos un joven Torombo ciertamente espléndido-, logró valores mucho más estimables.
La diosa
Manuela Carrasco, con bailaores, guitarristas y cantaores. Guión de José Luis Ortiz Nuevo. Sevilla, Teatro Lope de Vega, 19 de noviembre.
Hay que dejar constancia de los triunfos personales de la Susi y Juan Villar, ambos cantando con fuerza y jondura. Respondieron perfectamente a lo que cabía esperar de ellos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de noviembre de 1993