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La aristocracia acudió hasta con muletas al Rastrillo

Marquesas, duquesas, condesas y demás damas de postín se arremangaron durante el día de ayer, fecha de la inauguración, y atendieron y sirvieron aperitivos y comidas a los más de siete mil ciudadanos que visitaron -desde las once de la mañana hasta las diez de la noche- los 9.000 metros cuadrados del sótano de la Vaguada que ocupa el Rastrillo, mercadillo a beneficio de la Asociación Nuevo Futuro, para niños sin hogar.

Ataviada con un mandil, Cuca García-Vinuesa servía comidas, a 3.000 pesetas. Nada más llegar, sobre la 12.30, la infanta doña Pilar, con muletas y convaleciente de su operación de cadera, se puso tras la barra del bar Puerta del Sol.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de noviembre de 1993